¿Por qué nuestros niños no están motivados de la forma correcta para experimentar su propia aprendizaje?. La educación como símbolo dentro de un mundo globalizado.
M.E. Claudia Viveros Lorenzo*[1]
El siglo XXI nos ha
sumergido en una era globalizada, donde se le ha dado un aspecto predominante
al factor económico dejando de lado, el desarrollo personal e intelectual, para
anteponerlo a deseos más no a verdaderas motivaciones que sirvan de base para
adquirir conocimiento. A pesar de los esfuerzos que se hacen en materia de
educación, para llevar ésta a todos, las nuevas generaciones no están enfocadas
en adquirir ésta con la voluntad de crecimiento intelectual, sino de un éxito o
reconocimiento material. Es importante remarcar verdaderas motivaciones en los
jóvenes para lograr en ellos la concientización de dignificación y libertad que
el saber nos da.
The XXI century has plunged us into a globalized era, which has been given
a predominant aspect to the economic factor aside , the personal and
intellectual development , to prepend a wish but not a true motivations as a
basis for knowledge . Despite the efforts made in education , take it all , new
generations are not focused on acquiring it with the will of intellectual
growth , but a recognition or material success . It is important to note true
motivations in young people to achieve in them the awareness of dignity and
freedom that knowledge gives.
I. La cultura como medio de
transformación.
Desde
los principios de la humanidad y como parte de una civilización, cada uno de
los personajes que han formado parte de ella, han considerado y valorizado el
estatus que les daba ser una persona de conocimiento basto.
La
cultura, entendida como un medio de transformación y de avance, ha sido
considerada siempre un privilegio que no muchos podían tener.
Hace
algunos siglos no se tenía el acceso a una escolaridad, ni se consideraba un derecho
universal como lo es hoy en día el cual está considerado en el artículo 13 del
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las
Naciones Unidas el cual entró en vigor el 3 de enero de 1976 y sustenta que:
“Los Estados partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a
la educación. Convienen en que la educación debe orientarse hacia el pleno
desarrollo de la personalidad humana y del sentido de dignidad, y debe
fortalecer el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales.
Conviene asimismo, en que la educación debe capacitar a todas las personas para
participar efectivamente en una sociedad libre, favorecer la comprensión, la
tolerancia y la amistad entre todas las naciones y entre todos los grupos
raciales étnicos o religiosos, y promover las actividades de las Naciones
Unidad en pro del mantenimiento de la paz”. [2]
Interesante
es entonces, reconocer que al pensar en la oportunidad de conocer, de aprender,
de estudiar, se debe tener claro que este ejercicio de aprendizaje está
dirigido en primera instancia para que cada persona logre obtener dignidad y
desarrollo de su personalidad.
Pero
en este siglo XXI donde la sociedad está viviendo una globalización fulminante
y una llamada época de información inmediata, ¿está siendo valorizado el
proceso de enseñanza y la obtención de conocimiento?.
II. La globalización factor
de relevancia entre el deseo y la motivación.
Al
hablar de globalización definitivamente tenemos que tener presente que estamos
hablando implícitamente de economía y este factor está siendo determinante en
cada uno de nuestros empeños dentro de una sociedad abrumadora que tiende a
crear espejismos e ideales de éxito.
Según
la Real Academia de la Lengua Española, podemos definir ésta palabra como: “ 1.
m. Resultado feliz de un negocio, actuación, etc. 2. m. Buena aceptación que
tiene alguien o algo. 3. m. p. Us. Fin o terminación de un negocio o asunto ” [3]
Al
leer ésta definición podemos interpretar que para hablar de éxito debemos
entender que esta acción debe estar relacionada con el logro y la estabilidad
dentro – como la definición remarca – un negocio, o la aceptación de alguien.
La economía sigue estando presente.
Entonces, ¿es necesario aprender, estudiar, ser culto,
para tener éxito?.
¿Para
nuestros niños y jóvenes es importante saber para ser o es importante ir a la
escuela, conseguir un diploma o un título universitario para tener.?
En
cuestiones de educación se presentan problemáticas de diversos tipos. Se habla
de inclusión, de procesos de aprendizaje, mapas curriculares, capacitación
docente, infraestructura escolar, políticas públicas enfocadas a la educación,
etc., pero poco se dirige la mirada a uno de los aspectos medulares en cuanto a
educación se trata: la motivación.
III. Concientización de la
importancia y valor de la adquisición del saber.
De
qué forma estamos realmente concientizados como sociedad de la importancia y el
valor que se debe dar a la adquisición de cultura y generación de conocimiento.
Como sociedad nos hemos sumergido en la persecución de alcanzar deseos
disfrazadas de metas, que en la mayoría de los casos están cimentadas en
factores de realización económica. Los jóvenes persiguen un titulo
universitario porque desde pequeños escuchan en casa que hay que asistir al
colegio para “ser alguien en la vida” y esto debemos traducirlo a “tener
profesión para poder acceder a un trabajo digno y rentable” y si es posible un
pos grado, para que te logren pagar más y de preferencia en ramas que te puedan
dar prestigio o reconocimiento a nivel laboral. Incluso las empresas están en
la búsqueda de profesionales que rindan, generen o sepan hacer correctamente lo
que ellos necesitan, más que de personas que aporten, creen o piensen.
Si
lo llevamos a un nivel inicial o medio, los chicos persiguen una nota
aprobatoria en búsqueda de una excelencia académica que les de ese “éxito” o
reconocimiento de buenos estudiantes y que les asegurará la entrada a buenas
universidades o becas, persiguiendo ese deseo de obtención material, pero, ¿y
el conocimiento?.
Cuando
hablamos de motivación debemos pensar en esa acción con la cual animamos a que
otras quieran ejecutar con interés otra. Necesitamos motivar a que nuestros
niños y jóvenes aprendan reconociendo que este acto, e importante porque
primero que cualquier otra cosa, esto les dará la capacidad de entendimiento,
desarrollo y como bien lo dice el pacto internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, dignidad.
Generar
nuestros propios conocimientos, identificarnos con las formas de aprendizajes
nuevos, explorar competencias de análisis y crítica tendrían que ser los
principales objetivos que nuestros estudiantes deberían querer alcanzar con la
meta de mejorar como personas y
evolucionar como seres pensantes, creadores y potenciadores de saberes.
Motivar
su curiosidad, su capacidad de observación y los placeres de ser rico en instrucción,
los llevará a asimilar su inteligencia y enfocarla en desarrollarse tomando en
cuenta sus verdaderas aptitudes.
No
podemos dejar a las futuras generaciones en manos de depredadores como los
medios de comunicación, el estado y el sector financiero sigan dirigiendo sus
deseos y mal alimentando su idea de superación en una figura materialista
dejando de lado la importancia del saber.
Al
hablar de “saber” (que viene del latín sapere: saborear) debemos entender como
el acto de conocer la verdad, poseerla, saborearla intelectualmente y esa
verdad no tiene un lugar o espacio, esa verdad o conocimiento esta en cada uno
de nosotros y es a nosotros como personas a quienes servirá para disfrutar esas
libertades fundamentales de las que también habla el articulo 13 del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Nos
toca tanto a docentes, padres de familia, y a la sociedad vender una nueva
idea, - o quizá retomarla- que solo el que sabe y el que entiende será
realmente libre.
Malalai
Yousafzai, recibió el pasado 10 de diciembre el Premio Nobel de la Paz, por su
lucha en cuanto al derecho que tienen tanto los niños como las niñas de recibir
educación. A sus diecisiete años esta chica Pakistaní es ejemplo a seguir por
su motivación bien encaminada y entendida en cuanto a la importancia de poder
educarse y la trascendencia que esto con lleva en la vida de cualquiera.
En
su autobiografía declara : “Quiero aprender y formarme bien con las armas del
conocimiento. Entonces podré luchar más eficazmente por mi causa”.[4]
Incubemos
en nuestro jóvenes un motivo real, reflexionemos con ellos de la importancia de
la educación, que entiendan así como Malala que ésta es su mejor arma.
Bibliografía.
-
Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Nueva York, EUA, 16 de diciembre
1966.
-
Real Academia Española,
Diccionario. Versión electrónica que permite acceso a la 22.a edición y las
enmiendas incorporadas hasta 2012. http://lema.rae.es/drae/?val=éxito(10
de diciembre 2014)
-
[1] Yousafzai, Malalai, Lamb, Chistina, Editorial Alianza. p. 231 Madrid 2013.
[1] [1]
Licenciada en Comunicación por la Universidad Veracruzana. Maestra en Educación
por el Centro Veracruzano de Investigación y Posgrado. Doctorante en Educación.
[2] Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, Nueva York, EUA, 16 de diciembre 1966.
[3] Real Academia Española, Diccionario. Versión electrónica que
permite acceso a la 22.a edición y las enmiendas incorporadas hasta 2012. http://lema.rae.es/drae/?val=éxito(10
de diciembre 2014)
[4] Yousafzai, Malalai, Lamb, Chistina, Editorial Alianza. p. 231 Madrid 2013.
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