Los nuevos ruidos a los que se enfrenta el profesor en la actualidad en el proceso de comunicación llamado educación.
Los nuevos ruidos a los que se
enfrenta el profesor en la actualidad en el proceso de comunicación llamado
educación.
M.E. Claudia Viveros Lorenzo*[1]
These days, teachers face
a constant noise during the communication process in the classroom: Technology.
Members of generation Z are born in an environment characterized by immediacy
and accessibility to different technologies of information. This creates
breaches between them and basic learning processes and activities such as
dialog. There is a great deal of disinformation and misinformation while
surfing the World Wide Web among the youth, rendering a generation of passive
readers with poor analytic capabilities, lack of judgment, and deficit in
investigative initiative and potential. Thus there is a constant challenge for
the 21st century teacher, who must encourage face-to-face interactions; social
and contextual associations; and the incorporation of real life, instead of
virtual experiences in the learning process.
Los docentes de hoy día
nos enfrentamos dentro del proceso de comunicación que se vive dentro del aula
un ruido constante llamado tecnología. La generación z ha nacido con el
ingrediente de la inmediatez y el rasgo de la virtualidad, lo que lejos de
ayudar, los distancia de procesos y actividades fundamentales para su
aprendizaje como el diálogo. La desinformación en la que los jóvenes navegan
dentro de la red, desemboca en una generación de lectores pasivos sin poder de
análisis, buen criterio y poder e iniciativa a la investigación. El facilitador
del siglo XXI se enfrenta al reto de reforzar la interacción cara a cara, la
construcción social y contextual y la experiencia vívida y no virtual.
I.
La llamada generación Z
Sabemos
que dentro de toda aula se vive un proceso de comunicación constante donde el profesor
funge como el emisor, el alumno toma el personaje de receptor y el mensaje es
el contenido llevado o facilitado dentro de la sesión o curso y que en éste
proceso los papeles se intercambian constantemente en busca de construir un
conocimiento real desde ambas perspectivas. El reto en el nuevo siglo es poder
entablar la comunicación adecuada dentro del aula para no dejar que todo el
ruido tecnológico en el que estamos inmersos sea un distractor negativo en el
empeño educativo.
El siglo
XXl nos ha expuesto a situaciones no imaginadas con anterioridad.
Los
últimos veinte años se ha conformado lo que se ha denominado la generación z o
generación digital o generación internet.
Ésta
generación en su mayoría son hijos de la generación X y junto con sus padres
tienen la tendencia al uso de dispositivos tecnológicos.
Alejandro
Mascó, autor del libro Entre generaciones diferencia a las Z1 (nacidos entre
1996 y 2002, que hoy tienen entre 10 y 15 años) de los Z2, nacidos entre 2003 y
2010, que hoy tienen menos de 10.
Como bien
sabemos ésta generación esta precedida por la generación de los “Baby Boomers”
la “X” y la llamada generación “Y”.
Generaciones
con características bien marcadas, posturas, hitos, ídolos, configuraciones familiares,
acontecimiento históricos y tecnología que las hizo y determino de una forma
especial a cada una de ellas.
II.
El reto comunicativo.
Es
entonces que los docentes de hoy, tenemos las aulas llenas de chicos
pertenecientes a la generación Z y con ellos un cúmulo de retos por enfrentar,
pues estamos ante personas que poseen un modo diferente de aprender, con
dependencias tecnológicas muy fuertes, con poca capacidad de comunicación
verbal y con una deficiencia muy marcada como oyentes. Presentan dificultades
para hablar en público y carencia en las habilidades interpersonales debido a
la tendencia individualista en su carácter.
Los
estudiantes de hoy día tienen un particular sentido de la inmediatez y del
mundo y la interacción social virtual que los enfrasca en una globalización que
más que adentrar a un mundo conectado a todo, los ha vuelto un tanto errantes.
Ser lo que
se denomina “multitasking” (capacidad de hacer varias cosas a la mismo tiempo,
es algo que asombra tanto a padres como a docentes que dentro del aula tienen
que sobre llevar con instrumentos que más que llamarlos distractores son, parte
de un modus vivendus de ésta
generación.
Las
habilidades tecnológicas de nuestros alumnos de la generación Z muchas veces
sobrepasan a las TICS que muchos docentes quieren implantar dentro de sus aulas
y son vista en muchos de los casos con aburrimiento o desinterés.
Padres y
docentes que en muchos de los casos son partícipes de la generación “X” tienes
que convivir con chicos que han vivido desde sus primeros días experimentando
con todo tipo de tecnologías que han tenido al alcance de sus manos, llámense
computadoras portátiles, tablets, smarthphones, conexiones a internet
inalámbricas, sistemas digitales y automáticos sin desenfreno a diferencia de ellos
que pudieron acceder a éstas hasta ser en muchos casos adultos jóvenes.
De suma
importancia es, entablar canales efectivos dentro del proceso comunicativo
llamado educación.
El aula
como primer universo constituido y empleado para llevar a cabo éste se ha
venido sumergiendo en un mar de tecnología desenfrenada que muchas veces lleva
al alumno a ámbitos lejanos virtuales que no dejan que el desarrollo prudente y
necesario del acto como tal se lleve a cabo.
III.
Los ruidos
En todo
proceso comunicativo intervienen ruidos. Y unos de los nuevos ruidos que se nos
presentan para afrontar es la desmedida utilización de la tecnología.
No con
esto estamos diciendo que estar a la vanguardia en el avance tecnológico sea
malo.
Lo que sí
es que nos enfrentamos distractores fuertes que incluso hacen creer en figuras
omnipotentes y que hacen pensar que pueden dejar de lado la función del
docente, por que, ¿para qué ir a la escuela si el internet me tiene toda la
información que deseo? ¿para qué esperar cursar asignatura por asignatura si
solo dando un pequeño click puedo avanzar a mi propio ritmo? O lo que es
realmente peor, ¿para qué venir al salón de clases a convivir con personas que
no son de mi agrado si puedo aprenderlo todo desde la comodidad de mi
habitación interactuando virtualmente con gente de lugares lejanos que me
parecen mucho más interesantes?.
Es un
hecho innegable que ésta generación nos lleva una ventaja en cuanto a
capacitación y entrenamiento digital que ninguna otra antes, pero también es
real que su poder de relacionarse con el mundo cada vez es más crudo,
desarrollando una incapacidad a vivir desconectados.
La
realidad familiar que viven los nacidos bajo ésta generación, donde los padres
se encuentran fuera del hogar laborando dejándolos gran parte del tiempo solos
con la única “compañía” de un televisor o del internet hace que esta
dependencia cada vez se vuelva más natural entre ellos.
El uso de dispositivos como el
smarthphone, el cual es utilizado como entretenimiento continuo a través de
juegos, además de ser utilizado como su enciclopedia personal también hace
discriminar el uso de libros de primera mano como lo es el diccionario o medios
impresos.
Ya nada es privado. Ahora todo es
cultura y todos y todo es capaz de provocar un sentir y es permisivo.
Como docentes sabemos que cualquier
postura o paradigma descrito en una sesión de clase puede ponerse en tela de
juicio en un segundo a través de la información que pueda ser arrojada en la
red.
Vivimos una era multi informada que ha
decaído en una desinformación espeluznante.
Es más fácil creer en lo que arroja el
google o cualquier tipo de buscador a lo que él facilitador trae y expone y si
el buscador no lo arroja, seguramente debe ser porque no es cierto.
IV.
Posibles soluciones.
Todos estos ruidos afectan y minimizan
en muchas ocasiones el trabajo del docente que día a día tiene que estar más
actualizado y crear nuevas estrategias que permitan la entrada de los
conocimientos dirigidos.
Se tiene que ser extraordinariamente
riguroso, preciso y veloz.
Entonces, ¿dejamos de lado el avance y
el uso de tecnología? ¿O aprendemos a usarla a nuestro favor?.
La meta sería lo segundo, debemos saltar o hacer parte los
obstáculos con el fin de acrecentar el análisis, la capacidad de síntesis, el
desarrollo de las habilidades comunicativas y de la competencia lectora, la
cual incluso se ha visto mermada ya que con ésta búsqueda de la inmediatez está
volviendo a los jóvenes en foto lectores que solo persiguen el uso de palabras
clave, sin remontar en conceptos construidos con esencia y contenido.
Se necesita reforzar la interacción
“face to face”, la construcción social y contextual y la experiencia vívida y
no virtual.
Paulo Freire comenta en su libro
Pedagogía del oprimido: “ La existencia , en tanto humana, no puede ser muda,
silenciosa, ni tampoco nutrirse de falsas palabras sino de palabras verdaderas
con las cuales transforman el mundo. Existir, humanamente es “pronunciar” el
mundo, es transformarlo… Los hombres no se hacen en silencio, sino en palabra,
en trabajo, en la acción, en la reflexión”
Necesitamos como expone Freire hacer uso
e hincapié en el diálogo.
En un diálogo verdadero no virtual. En
un diálogo reflexivo que esté fuera de sistematización y que haga uso
recurrente a la reflexión, para que toda esa vorágine de información a la que
las nuevas generaciones están expuestas, sea desembocado en reflexiones
propensas a la transformación.
Desde la reforma personal, hasta el
cambio del mundo en que estamos insertos.
La palabra mágica quizá sería integrar.
Bibliografía
Mascó, Alejandro, Entre Generaciones.
Temas Grupo Editorial, 2012.
Freire, Paulo, Pedagogía del oprimido.
Ediciones Santiago S. R. L., 1970.
[1] Licenciada en Comunicación por la Universidad Veracruzana.
Maestra en Educación por el Centro Veracruzano de Investigación y Posgrado.
Doctorante en Educación.
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