Claudia Viveros Lorenzo

Responsabilidad es una palabra, que se está volviendo arcaica. Ya nadie quiere hablar de ella.  O nadie quiere entenderla y mucho menos llevarla a cabo. Hablamos de Responsabilidad Social, de Responsabilidad ambiental, Responsabilidad Empresarial, Responsabilidad Pública y hasta de Responsabilidad Moral. En todos lados nos invitan a buscar soluciones y a generar posibilidades. También nos hablan frecuentemente de la buena toma de decisiones y de un alta desarrollo en la captura de oportunidades. Pero la palabra responsabilidad en el lenguaje profesional, personal o familiar sigue siendo un fantasma. Y le doy el calificativo de fantasma, porque cuando llega a aparecer, las personas se asustan. El término es latín, responsum , del que deriva la palabra,  significa capacidad de responder, corresponder con otro. Pero por desgracia se asocia en general con culpabilidad. Y son dos cosas distintas. Nadie quiere ser culpable de nada, lo malo es que al no serlo entonces ...

"Todo por amor, nada por la fuerza" fue el lema que leí en la puerta de un salón de clases de nivel inicial.  Frase que resume las enseñanzas de San Francisco de Sales, obispo, proclamado Santo y Doctor por la iglesia católica, perteneciente a la orden de los Hermanos Menores Capuchinos, patrono de los periodistas, reporteros y escritores.  Ojalá todos tuviéramos esa premisa y la lleváramos a cabo de forma consciente. Manejamos la palabra obligación de forma constante, permitiendo que su sombra, nos acompañe en casi todos nuestros actos los realizamos con el sentimiento de cumplir, no de servir y mucho de menos de amar. Incluso, y sin querer entrar en debates éticos o filosóficos, el "deber ser y el deber hacer" están implicados con la fuerza o, como le llamamos más diplomáticamente: la obligación. Lo correcto sería tan solo "ser", entendiéndolo desde el amplio sentido del amor. Cada cosa que pueda realizar, es con el fin amplio de pod...

El Colegio de Profesores del Perú, el día de hoy en el Congreso de la República, me otorgó la Distinción de Diploma y Medalla de Honor al mérito profesional y excelencia educativa en el Grado de Gran Educador, en reconocimiento a mi labor profesional en la educación y al compromiso por las mejoras a nivel científico, de la educación nacional, como soporte Estructural del progreso y desarrollo de este país Sudamericano. No tengo palabras para agradecer tremendo reconocimiento. Seguimos trabajando.

En el curso de Redacción que estoy impartiendo, estoy motivando a mis alumnos a leer. Porque para poder escribir bien, se debe ser buen lector. Y mi último libro recomendado del ciclo, fue: Un Mundo Feliz de Aldous Huxley. De los cuatro libros que propuse, hubo quienes no leyeron ni uno. Como también hubo quienes se los devoraron. Me dió mucho gusto poder terminar con esta obra, que es un clásico de la literatura y que nadie, debería pasar por la vida sin tenerlo en sus manos. No me voy a poner a contar la historia, porque estaría demás. Lo que sí es la reflexión que nos deja, que aún escrita en 1932, parece que que el autor estuviera narrando los hechos que vivimos en la actualidad, y... entonces... ¿a dónde vamos a parar si no logramos entender? Sí. Entender que somos cada uno de nosotros lo más valioso e importante que tenemos. Que es nuestra responsabilidad única y completa, la forma en que decidimos sobre llevar este tiempo que se nos ha prestado en este planeta y universo, ...