La otra vez les conté sobre André. Pero tengo dos. Sí, tuve dos para que siempre se acompañaran, para que se tuvieran el uno al otro, para que vivieran toda una primera parte de su historia juntos y construyeran recuerdos y complicidad que solo los hermanos se pueden dar. Es un hecho que a los dos, los amo por igual, pero también que sé reconocer las dos personalidades marcadas que tiene cada uno, y eso hace que en mi vida, ocupen espacios diferentes, pero no en mi corazón. Claudio nació cuatro años y medio después que André. Y desde que supe que lo llevaba en mi vientre supe que era Claudio, como su abuelo, como yo, y como infinidad de primos, y tíos, que ostentan el nombre en mi peculiar familia paterna, donde la denominación de los hermanos patriarcas son usados una y otra y otra vez como símbolo de continuidad en el linaje del apellido. No está usted para saberlo, pero si encuentro un Jorge, un Francisco, una Fanny, o una Claudia o Claudio y lleva mi apellido paterno ens...
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